Pulse en la imagen para ampliar El sábado dos de diciembre la comisaria de exposiciones artísticas Manuela Sevilla presentará en Estampa, Salón Internacional del Grabado y Ediciones de Arte Contemporáneo, los números 8, 9 y 10 de la revista Lalata. El evento tendrá lugar a las seis de la tarde en el salón de actos del Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid.
En la presentación además estarán las artistas Manuela Martínez y Carmen Palacios, coordinadoras de esta publicación, la cual visita por tercera vez la feria. Los temas de los números presentados son “Ambientes mixturados: mezclas, mestizajes, cóctel y otros híbridos”, el de Lalata número 8; “Me tienes en el bote”, el del número 9; y “Paté de artista”, número este, el 10, muy especial pues contó con la colaboración de los artistas Isabel Baquedano, Eduardo Sanz, Luís Gordillo y Eduardo Arroyo. Manuela Sevilla conoce bien la trayectoria de esta revista objeto, no en vano comisarió en diciembre de 2005 “La producción cultural”, una muestra monográfica sobre la Lalata en el Espacio Contemporáneo Archivo de Toledo (ECAT). De aquella exposición, puede decirse que ha sido la más importante en la dinámica trayectoria de esta publicación en sus casi cinco años de existencia.
Manuela Sevilla concibió aquella exhibición como una reflexión en torno al tema de como proyectos como Lalata generan “una red de comunicación artística estable e independiente fuera de los canales habituales”, en palabras de la propia comisaria. En el incomparable marco del ECAT se pudieron contemplar las 164 obras de arte contenidas en los ocho números que hasta entonces se habían editado, así como un vídeo sobre la revista realizado por Luís Belmonte, fotógrafo y profesor de artes visuales.
A la espera del número 11
Por otra parte, es inminente la presentación del número 11, que en esta ocasión lleva por tema “Objetos terribles”. A buen seguro este número podrá adquirirse en la edición 2007 de Arco, donde este año la publicación contará con un stand propio. Con esta temática Lalata sigue, desde un punto de vista irónico, la actual tendencia periodística de difundir corrientes informativas cuya materia prima son toda clase conspiraciones y paranoias sociopolíticas. Frente a la desconfianza y el escepticismo que siembran los medios informativos Lalata pretende ocupar un hueco de creatividad en una cotidianeidad contaminada por el miedo y el inmovilismo del zapping.
Términos como polonio, titadyne, o triacetona, que llenan páginas y páginas de periódicos, son sustituidos en Lalata por un buen puñado de terapéuticas obras de arte en miniatura que han sido producidas, como siempre, artesanalmente por los colaboradores (este número constará de 210 ejemplares). A diferencia de lo que sucede en las informaciones que se nutren de tan letales palabras el contenido de Lalata producen un interesante efecto terapéutico en los colaboradores y en los espectadores que se enfrentan a ella. Además, lo logra sin más efectos secundarios que el de la adictiva curiosidad que nos desata ir descubriendo las distintas obras tras echar mano del abrelatas.